miércoles, 29 de mayo de 2013

Disfruta

Inspira. Expira. Vive. Piensa. Despierta. Tu. Él. Ella. Todos arriba. La vida esta ahí. Vívela. Es tuya. No le pertenece a nadie más. Es sólo tuya. Aprende a disfrutarla. Vívela... Y se feliz.

Todo el mundo pasa, caminan junto a ti, se cruzan, van juntos, de la mano, inseparables, inolvidables... Cada uno protagonista de su propia historia. Inteligentes, pícaros, honestos, mentirosos, realistas, risueñas, escépticos, pensadores, racionales, locos.

Viven su vida, su única vida como ellos quieren... ¿Cómo ellos quieren? Pocos consiguen darse cuenta de que la vida, su vida les pertenece y pueden hacer con ella lo que quieran, vivirla o simplemente dejarla existir llevándola de la mano de paseo para encontrar su final. Hay personas que asqueados de su existencia se dedican a cogerla con la punta de la uña sin mirarla ni un momento para esperar el momento en el que se canse de esperar por ti y te suelte para encontrar ella sola su final. Otras optan por abrazarla con todas sus fuerzas hasta casi dejarla sin respiración pidiéndole, rogándole que no se aleje nunca de su lado. La vida esta ahí para vivirla, y sentirse bien junto ella. Sólo estarás con ella una vez, porque cuando se aleje no le podrás dar la mano como antes, no la podrás abrazar.. porque ella se abra ido y tu también.

Disfrutar los momentos, por muy insignificantes que sean, reír con tus amigos hasta que acabe doliendo, llorar de felicidad por esos momentos que no se te borraran de la memoria, llorar de tristeza por esos momentos que dejan cicatrices y huellas que podrán desaparecer o no con el tiempo y la medicina apropiada. Extresarse por no llegar a tiempo a coger el bus, porque tu amiga se enfade contigo por llegar tarde, por un examen suspendido, por haber perdido la oportunidad de encontrarte con tu cantante favorito, o por no encontrar esa chaqueta de cuero que tanto te gusta. Fingir enfados cuando en realidad estas que explotas de la risa por dentro. O preocuparse tanto por alguien que llega a enfadar.

Las personas van y vienen, aparecen en tu vida como un rayo de luz o bien como tu peor pesadilla, aunque con el tiempo el rayo de luz puede volverse oscuro y la pesadilla un sueño inimaginable lleno de belleza. También desaparecen igual de rápido que llegan o incluso más. Esas personas hay que disfrutarlas el tiempo que están, porque si no algún día mirarás en el viejo baúl de los recuerdos y te acabarás arrepintiendo de no haber disfrutado cada sonrisa, cada mirada, cada pestañeo, cada palabra con esa persona, y te pondrás nostálgico, porque sabes que nada volverá a ser lo mismo, esa persona vino a tu vida y se fue dejando huella, una huella imborrable que quieras o no acaba marcando tu vida de alguna manera... Después están esas personas que persisten en quedarse, llegan y se sienten tan agusto que después no quieren irse... y se quedan ahí, viviendo contigo, siendo felices y viviendo la vida como locos, disfrutando esos momentos, porque ellos si que han sabido coger esas oportunidades y plasmarlas en sus sonrisas, sus voces, sus ojos...

A todas esas personas que ahora están en mi vida, no quiero dejarlas marchar porque estoy muy feliz de estar junto a ellas y no quiero pensar en el momento en que me dejaran atrás algún día, quiero pensar que eso nunca pasará, que permaneceremos así, para siempre, unidas hasta el final... Cuando todas estemos viejas, con más arrugas que días tiene el año, cepillando nuestros gatos y hablando de tonterías como siempre.

Me gustaría quedarme así para siempre y no tener que crecer más, congelar el tiempo y vivir junto a esas personas que tanto quiero y que hacen mi día a día. Que le voy a hacer,  si os quiero muchísimo.