lunes, 1 de julio de 2013

Una Daga de Cristal

Un dolor por todo el pecho que se desliza hasta el estómago, y quema, y me debilita. Duele mucho, no lo puedo aguantar, quiero deshacerse de el, pero esa daga clavada en mi pecho podría romperse y hacer que sea el arma la que acabe sufriendo. El arma no tiene culpa, fue creada con una función. Una función que intenta cumplir. Pero me hace daño, me atraviesa, y el dolor es demasiado insoportable como para una cobarde como yo pueda soportarlo. Pero mi orgullo me calla, me tapa la boca para que sea incapaz de decir nada, para que no pueda quejarme, porque sabe que si lo hago, me romperé yo, y la daga conmigo. La deje apuñalarme, y ahora no la puedo sacar del pecho. Aguantando, sin resquebrajarse, no se cuanto aguantare con ella clavada al pecho, imposibilitan dome respirar, creyendo en mi. No se cuanto tiempo pretende adherirse a mi. Solo sé que no seré capaz de sostenerla con mi cuerpo mucho tiempo. Porque soy una cobarde aterrorizada y con una gran capa de orgullo a modo de velo.


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