martes, 12 de agosto de 2014

Yo me defino a mi misma.

Vamos a poner la situación en el tablero imaginario, una solución, eso es lo que necesito antes de que mi carácter decida hacer de las suyas y salir despedazando todo lo que he construido hasta ahora. Estoy yo, en medio de todo y alejada del mundo, como siempre moviéndome a mi ritmo, independiente, sin hacer mucho caso a lo que me rodea, ahorrándome problemas y todos sus equivalentes. Luego está este otro componente que ha entrado en mi vida, como una piedra creando ondas en el agua calmada, intentando cambiar ese modo de vida, intentando doblegarlo, que actúe de la forma que ella quiere, moviendo las ondas con más o menos fuerza, dependiendo de como le de, tratando de definirme. ¿Por qué? Dame una razón de por qué quieres cambiarme, soy como soy, no me lleves a tu terreno y trates de transformarme decidiendo como soy, como debo ser. No soy un perro. Nunca lo he sido, no lo seré.

No digo que esto no sea mi culpa, por llevar a cabo mi costumbre de pasar de todo no lo note, que su presencia se estaba comiendo la mia, que estaba asfixiando mi forma de ser. Y ahora me encuentro con que pretendes que yo sea tu sombra. No es así. Yo soy yo. No trates de definirme. Mi pasotismo, mi paciencia me ha lanzado una alerta de que está apunto de colmarse. No quiero cabrearme, no me gusta. Tan solo déjame vivir tranquila, como siempre he hecho, y respirar.

Eso es lo que voy a hacer, volver a mi ritmo, a mi independecia y autonomía, donde no dependo de nadie. Porque inconscientemente me has hecho pensar que dependo de ti, me has desprestigiado aunque digas que no, que no es así, lo has hecho, pensándote mejor que yo, creándote una misión imaginaria donde tu deber es definirme a tu persona para ser perfecta, pero no, no es así. Yo soy yo, y estoy orgullosa de ser así. Para de decir que mis atributos buenos son cosa tuya cuando siempre han estado ahí. No soy tú, no me has creado. Yo soy yo, y yo soy quien me defino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario